miércoles, 11 de abril de 2012

Alcanzando el siguiente nivel en tu Matrimonio III


Sujeción:  No se impone, se provoca...

La sujeción a sido un tema que a provoca siempre mucha discusión y polémica, unos a favor otros en contra, pero creo que a sido porque se ha creído que la sujeción es algo que se debe imponer cuando en La Biblia nos damos cuenta que es algo que nosotros los hombres debemos provocar, en otras palabras la sujeción es una consecuencia y nosotros como cabeza de hogar debemos actuar y vivir de tal manera que seamos dignos de sujeción, pero ¿Cómo se logra esto? Déjame explicártelo a continuación.

Empecemos leyendo lo que dice La Palabra de Dios al respecto en Efesios 5:21-28, en la versión de La Biblia en Lenguaje Actual dice en el verso 22: “Las esposas deben sujetarse a sus esposos, así como lo hacen con Cristo”. Algo que me llama la atención es que si bien es cierto Dios está dando un mandato para la mujer, también dice que si aman y se sujetan a lo que Jesús mandó entonces deben sujetarse también a sus esposos, en otras palabras si dicen amar a Jesús entonces uno de los frutos de esa sujeción que tienen hacía Cristo es sujetarse a sus esposos.

Pero si el esposo es cabeza de la esposa entonces la cabeza del esposo es Cristo y nosotros debemos reflejar en nuestras acciones a Jesús, que nuestra familia vea en nosotros reflejado el amor de Jesús, que antes de tomar una decisión nos preguntemos ¿Qué haría Jesús en mi lugar? Te aseguro que nos vamos a equivocar menos y propiciaremos el ambiente idóneo para que en nuestro hogar exista sujeción por parte de nuestras esposas hacía nosotros.

El significado literal de la palabra sujeción es: agarrarse, estar sujetado a algo de modo que no puede separarse o dividirse, es decir tu esposa y tus hijos están agarrados a ti, pero ¿Quién quisiera estar agarrado de alguien que camina a un precipicio? ¿Quién quisiera estar sujetado a alguien que te lleva por un mal camino o a un mal destino? Creo que nadie lo haría.

Aún cuando a las esposas se les da un mandato de sujeción, a nosotros los varones se nos da un mandato aún mayor y es amarlas como Jesús nos ama, y la pregunta es ¿Cómo nos ama Jesús? Nos ama sin reservas, sin condiciones, se entregó todo por nosotros, aún cuando sabe y conoce cada uno de nuestros defectos y debilidades, los corrige en lo secreto y nos expone ante Dios sin mancha, aún cuando fallamos siempre tiene los brazos extendidos para perdonarnos, en otras palabras nosotros los hombres debemos amar a nuestras esposas de la misma manera ¿Difícil? Si, pero no imposible, se puede lograr si ponemos como cabeza de nosotros a Jesús.

No pidas sujeción cuando tu no estás sujeto a Jesús, pero cuando lo hagas no tendrás necesidad de pedir sujeción, simplemente tu esposa lo hará porque ve en ti a Jesús reflejado, ella entenderá que estar sujeta a ti es estar agarrada de la bendición de Dios.

Todo esto es un proceso, pero lo importante de este proceso es que estarán agradando a Dios en todo lo que hagan en su hogar y por ende Dios bendecirá cada esfuerzo que hagan por cumplir aquello que Dios ha dejado para nuestro propio beneficio.